Aquiles y Pentesilea

Una nueva versión posible de la leyenda, de la lucha entre los griegos y las salvajes Amazonas y del encuentro radiante y pasional entre Aquiles y Pentesilea. Pero es por eso también un canto al amor y a la igualdad entre hombres y mujeres, un canto de paz entre los pueblos de distintas costumbres y religiones, frente al desastre y el horror de la guerra, movida siempre por oscuros intereses, ya sean religiosos, económicos o geopolíticos.
En la obra intervienen los coros, ya sean recitados o cantados, como contrapunto y apoyo a las escenas de un homenaje a la tragedia griega, pero también a su uso reiterado por Bertolt Brecht, para crear ese distanciamiento, que aquí es sólo escape lírico, que completa y enriquece las escenas, gracias a la música y a la belleza de las palabras, a la ironía, a veces, y a la burla o al rebullir patriótico de los dos ejércitos combatientes.
La obra es así, o pretende serlo, un pequeño grito de esperanza, un canto a la paz y a la posible convivencia armónica, no sólo entre los pueblos. Un "No a la guerra" y un sí a la vida, frente a los dogmatismos y los rencores de unos y otros , que conducen a la destrucción. Pero, no podría ser de otra forma, la obra es también una tragedia y no un cuento de hadas. Las fuerzas del mal y del caos acaban imponiéndose. Por eso es tan contemporánea.